miércoles, 23 de marzo de 2011

Parador de Cuenca



Vista del Parador de San Pablo en Cuenca desde la parte alta de la ciudad
El parador de San Pablo, da la bienvenida al viajero con la sorprendente fachada barroca churrigueresca de su iglesia, con una espadaña vacía a través de la cual pasan rápidas y algodonosas, las nubes. Enfrente, las famosas casas colgadas. Alzando, aún más la vista al cerro vecino, el castillo donde instalaron la primera cárcel de la Inquisición.

El convento de san Pablo fue, en su origen una iglesia y su claustro. Después se añadieron diversos edificios, las estancias que el convento iba precisando para albergar a una creciente comunidad. El resultado de esa acumulación de historia y espiritualidad es el parador de Cuenca, catorce tejados y patio claustral con una fuente y cipreses. La parte más antigua data del año 1523 y constituye un bello exponente de la arquitectura religiosa del siglo XVI: el arquitecto Pedro de Alviz desarrolla su obra en una generación bisagra que ha aprendido las trazas medievales del gótico, pero perciben ya la brisa italiana que trae el renacimiento. La solución es ecléctica: sobre una estructura gótica, la decoración renacentista y aun posterior.

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